jueves, 19 de noviembre de 2015

EL TERROR "BÁRBARO" QUE NOS ACECHA Por Ernesto Zuluaga

http://www.latarde.com/opinion/columnistas/ernesto-zuluaga-ramirez/161197-el-terror-barbaro-que-nos-acecha

Nuestra generación y -por lo menos- las dos o tres siguientes vivirán agobiadas por el terror que se desprende de la guerra milenaria que ha existido entre Oriente y Occidente.

La invasión de los moros a España en el año 411, su expulsión después en 1492, las cruzadas cristianas hacia Jerusalén -capturada por los musulmanes en 1076- en la Edad Media y durante doscientos años, la creación del estado de Israel en 1948 y la guerra de Irak en 2003 son algunos hechos relevantes de la violencia histórica entre dos civilizaciones asesinas entre sí.

El conflicto evolucionó hasta el reciente nacimiento de múltiples organizaciones terroristas islamistas como Hizbulá, Al Qaeda, el Estado Islámico (EI) y Boko Haram, entre otras, cuyo común denominador es el uso de la violencia y la intimidación sicológica y física de sus rivales y especialmente de la población civil. Los asaltos armados directos y brutales, el uso de explosivos, los atentados cibernéticos, el asesinato selectivo, los ataques suicidas, los secuestros y la toma de rehenes a cambio de dinero o medidas políticas son algunas de las opciones que los caracterizan.

El mundo occidental, al que pertenecemos, se encuentra inerme e inmensamente vulnerable ante todas estas nuevas formas de guerra, y asume de manera hipócrita el manejo de la información relacionada y responde equivocadamente con más violencia.

La opinión pública y los medios de comunicación convulsionan ante hechos como los atentados a las Torres Gemelas en 2001, a los trenes de Madrid en 2004 o a la ciudad de París en 2015. Se desata entonces una horda “mundial” de solidaridad y los países aliados se rasgan las vestiduras ante las imágenes profusamente difundidas de los macabros hechos mientras diseñan estrategias comunes -y obviamente violentas- para vengar la afrenta.

Sin embargo, de manera casi simultánea con los hechos parisinos, Ankara, la capital de Turquía, vivió momentos de terror con un atentado que dejó 100 muertos y 300 heridos y que fue producto del mismo conflicto. Casi nadie se enteró en Occidente y pocas fueron las respuestas de los “aliados” frente a este hecho. En abril pasado fueron asesinadas también en Kenia, y por un grupo musulmán, muchas más personas que el pasado viernes en París y sin embargo fue muy precaria su difusión mediática y ninguna la reacción de los países europeos y americanos. Igual aconteció con el avión ruso derribado hace quince días donde murieron 224 civiles. En esta guerra hay muertos de primera y de segunda categoría.

Estamos presenciando el escalamiento de un conflicto bárbaro que amenaza con acabar para siempre la tranquilidad cotidiana de la vida civil de las grandes ciudades occidentales y de su resplandeciente turismo. ¿Serán acaso acertadas las respuestas de Hollande, Obama y Putin?

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